7 de febrero de 2010

Los juguetes y su función en el desarrollo del niño...

¿SABE UD. QUÉ JUGUETES COMPRAR A SUS HIJOS?
Por: Lic. Erasto Martínez Barrios

"Es un hombre sabio el que conoce a su propio hijo". _William Shakespeare


Alguna vez se ha preguntado porqué la humanidad o la sociedad en la que se vive hoy es tan diferente a la de hace 25 o 30 años …
¡Sí!, muchas veces se comenta el tema entre conocidos, así como de las cosas que en antaño se podían tolerar, consentir, y hasta poder aceptar, los modos de compartir con sus semejantes, etc, … bueno, hasta “se podía dejar al perro amarrado con longaniza” _expresión con la que sólo dejo suponer que existía mayor tolerancia, confianza, seguridad y paz… entre la gente de buena voluntad.
¡Qué tiempos aquellos!; cuando se pedía permiso (y por favor) para salir de casa par asistir a una fiesta o ir de paseo _siempre y cuando los deberes escolares y del hogar ya habían sido cumplidos y “supervisados” por quien otorgaría dicho permiso_; ya no se diga de las canciones y ritmos que se escuchaban para bailar y por supuesto la algarabía para disfrutar de “una reunión sana”, y ya mayorcitos, las salidas para dejar serenatas o mañanitas a la Virgen del pueblo (refiriéndome a la que se localiza en la iglesia).

Creo que, _por estas épocas_ es preciso comentarles a los pequeños sobre los juegos de patio que se tenían en la escuela (las escondidas, la roña, el tejo o avioncito, la víbora de la mar, los encantados, el can-can, etc.) o los de casa entre los miembros de la familia, donde se incluyen los padres, los tíos, los primos y hasta la abuela… (jugando la lotería, serpientes y escaleras, damas chinas, etc.) sin dejar de mencionar los juguetes que se tenían… _se acuerda Ud. del trompo, el yoyo, las canicas, el balero, la perinola, la pelota, la matraca, carritos de madera o lámina, soldaditos, luchadores, (para niños); la muñeca de trapo, el juego de té o trastecitos, matatenas, la cuerda para brincar, el roperito de madera, etc. (para niñas).

Juguetes que exigen al niño (a) convivencia social, esfuerzo físico y destreza para competir sin violencia, ser creativo para proponer y respetar las reglas del juego, y sobre todo se aprendía a ganar o a saber perder. Y conste que jugar con la pistola con dardos, con agua o “chinanpinas”, la tradicional resortera o bien con un arco de plástico y flecha con punta de goma era lo más grave para poder sacarle un ojo a cualquiera… y qué me dice usted de los tradicionales “cuetes” o luces de bengala en época de fin de año… que en esos tiempos eran totalmente “inofensivos”, porque se tronaban hasta en la mano.

¡Sí estimado lector! juguetes tradicionales mexicanos que hoy los críos ya no le encuentran sentido o atractivo, no les gustan, o simplemente porque no van con su época... esos juguetes que ya no son merecedores de comprar los padres de familia porque los pueden “traumar para toda la vida”. (Ya parece que escucho a uno de esos “traviesos” decirles a sus padres: “qué oso, pero que te pasa, eso ya es “out”, como de antepasados; lo de hoy debe ser “in”, más “cool”, o sea, esto es “x” (equis), ¡¡Veees!!). Y cuidado que le refutes esos comentarios porque HOY sí interviene el DIF o al menos la CDH (Comisión de Derechos Humanos).

Ahora los nenes quieren juguetes de plástico, con música, mecánicos y electrónicos o de cómputo y si son de baterías y con control remoto mejor; es decir, que no sean estáticos; porque a diferencia de los juguetes tradicionales los de hoy sólo requieren de ser manipulados por teclas, se observan a distancia y no les piden una participación directa a los niños, mucho menos esfuerzo alguno, ya sea físico o mental.

Pero sabía Ud. que esos juguetes de plástico y electrónicos limitan la capacidad física e inventiva de los niños, los hacen individualistas, los aíslan y en muchos casos los inducen a la violencia, donde su predominio va en pro de "imponer modelos diferentes de cultura" que propenden, envician o enajenan los sentidos, limitando la capacidad de imaginación y esfuerzo de los niños.

Entendamos esto: "Los niños son como una esponja: todo lo quieren saber, lo aprenden rápido y todo lo quieren hacer. Por eso a veces destruyen los juguetes ya que no pueden asimilar su mecanismo, y por ello desean conocer el motivo por el cual se mueve. En cambio, cuando entienden y aprenden su utilidad en términos de participación directa y creatividad propia en su juego, los cuidan y se preocupan por conservarlos" ¿verdad que todavía conserva usted alguno?
La verdad no me imagino a los “Reyes Magos” de estos tiempos, ir de compras sin antes pasar a la casa de empeño o con el usurero prestamista de la colonia. ¿Pero y el sentido que tiene el juguete por su utilidad y función acaso no importa?

Debe considerar que a pesar de que se nos ha inundado de juguetes importados de plástico (hoy provenientes en su mayoría de maquiladoras de China), sus precios son relativos de acuerdo a su complejidad, pero piense que estos juguetes modernos no tienen las virtudes de duración, creatividad y diversidad de los “tradicionales” aunque "resulten dos, tres o cuatro veces más baratos”.

Este tipo de juguete moderno ponen a sus hijos _diría yo_ los obliga inconcientemente a ser el centro del juego ejercitado, haciéndolo que su conducta sea repetitiva porque dicho objeto (juguete) es poco versátil y no posibilita los deseos que tiene o quiere el niño que haga el juguete. Además facilitan, con el juego que hacen, que sean sujetos solitarios, cohibidos, apegados a una completa dependencia e inseguros y que pueden en un momento determinado dificultarles el acceso al concierto de la vida y la relación social… impidiéndoles el encuentro con los otros y estropeando aprender cómo se construye su vida afectiva.

Es cierto que “antes” _en la escuela_ el maestro era exigente (sea por trabajar bajo el enfoque tradionalista), responsable, audaz, seguro de sus conocimientos para impartirlos, donde muchas veces ni tocaba el texto porque ya se sabía el contenido, pero verdad es que por tener ese tipo de maestros nos esforzamos un poco más en ser respetuosos y respetados, autónomos y no tan dependientes, capaces y estudiosos, pero eso sí, con juegos divertidos con los que él valoraba las capacidades afectivas y de relación social de los alumnos, que con ello descubría lo dinámico, lo participativo o quizás lo agresivo del educando; sus posibilidades motrices tanto finas como gruesas, como cuando elaboran una cometa (barrilete) o un dibujo representativo de su familia; ya no se diga se detecta la dependencia que sufre el niño hasta para amarrarse los zapatos, abotonarse la camisa, desenvolver el emparedado o destapar su refresco en el recreo; donde claro se nota que sus movimientos (motricidad) son torpes y con alto grado de dificultad para ser detallista.

El juego y los juguetes entretienen y divierten pero también preparan para la vida futura. Por su versatilidad pueden ser utilizados en propuestas del conocimiento, siempre que se tenga en cuenta que es lo que se quiere transmitir. Nada más satisfactorio que evaluar un joven estudiante con propuestas que le faciliten encontrarse con los elementos ofrecidos por sus docentes sin tensiones y de manera agradable, donde algunos estudiosos dicen que “jugando se aprende”.

Hoy en día ya no es tan común ver y observar a un grupo de niños y niñas jugando a representar una escena de la cotidianidad familiar de alguno de los protagonistas donde las muñecas se convierten en enfermeras, cocineras, doctoras, amas de casa y la lista sería tan larga como la experiencia de los participantes; es decir, la versatilidad del juguete consiste en la apropiación que el dueño y en este caso la dueña pueda hacer de ella. Estos juguetes posibilitan la creatividad infantil de manera amplia, permitiéndoles mayores condiciones para la vivencia de sus espacios afectivos, sociales y síquicos.

El juguete es un posibilitador si se quiere de los sueños de los infantes, siempre que éstos puedan convertir a sus juguetes en protagonistas de sus más profundos deseos.

Ahora pensemos en la pista de carros, en la que éstos se chocan y su dueño o dueños pueden corregir manualmente para volver a enfrentarlos a la velocidad de la pista y de la potencia de las baterías que se pueden adquirir. Ante esta propuesta lúdico – consumista, no hay más que hacer y decir de ese tipo de juego sin chiste.

"Recuerdo que para el día de "Reyes Magos" yo pedía trenecitos, carros y muñecos de latón o madera, hasta juegos de mesa de cartón o pintados en triplay (hasta una bicicleta que jamás me llegó) pero ahora ni siquiera puedo pronunciar lo que mis hijos piden… por que su nombre es complicado y en idioma que no conozco. Por ejemplo sabe Ud. que juguete es el “Bionicle”.

Considero que es necesario actualizarse y buscar nuevas formas de entretenimiento para los niños, acordes con su realidad: "vivimos en un mundo de tecnología y se debe estar actualizado". Es mentira que volveremos a los tiempos de antes, a los juegos de antes, pero lo que si podríamos es convencer a los padres de familia sobre dos opciones: una, tener a un hijo “robot”, enajenado y dependiente; de esos que quieren que todo se les haga hasta considerarlo un “inútil”, “bueno para nada”, etc. (eso lo he escuchado gritar de algunos padres de familia) o bien a un niño “despierto”, contento con lo que hace, activo, cooperativo, entusiasta, emprendedor, audaz, estudioso, respetuoso, amable, abierto a una sociedad _que en lo futuro_ le espera un mundo de adultos donde necesita que sea un individuo independiente…

…Y bueno, ahora que son pequeños foménteles la imaginación y su creatividad con juguetes como los de “antes” o fabricados en casa, enséñeles que no por ser de material distinto o porque sean estáticos son “corrientes”, dígales que sus posibilidades hoy son mejores a comparación de lo que Ud. tuvo cuando fue niño. Pues el valor de las cosas no hacen mejor a las personas. Intégrese a su mundo infantil que bien puede olvidarse unos minutos de sus problemas, su trabajo y de que es adulto, recuerde que hay momentos que jamás volverán, y que los hijos crecen para un día ser independientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario